miércoles, 28 de mayo de 2008

Segundo Festival de Cine Latinoamericano de Oaxaca.

Conferencia: Experiencia y evolución de los directores de cine y posibilidades de desarrollo en los países que representan. En la imagen la directora del Festival, Luis Vera, Antonin de Haití, y los representantes de Belice, El Salvador y Argentina.

Charla de representantes de festivales latinos en el mundo:New York, París, Sydney x2, Italia, México, y la moderadora.

Fiesta en la calle de la nada.

Presidente del jurado chileno y director del Festival Latinoamericano de Trieste: Rodrigo Diaz


El director de cine chileno, Luis Vera.

Texto y fotos por Oliver Knust Restucci.
Oaxaca es famosa por su belleza, por la armonía de su arquitectura, la riqueza de sus tradiciones culturales, la amplia variedad de sus platos típicos y la calidez de su gente. Lamentablemente también es conocida por el conflicto magisterial en mayo de 2006; con una duración de casi 6 meses, 27 muertos y decenas de desaparecidos.
El Segundo Festival de Cine Latinoamericano, realizado en la ciudad de Oaxaca del 15 al 20 de abril, tiene algunos tintes de esta dualidad. Al ser un festival enfocado a la realidad latinoamericana proyecta en sus salas la belleza salvaje de los países en cuestión, contrastando con su problemática social, desigualdad e inseguridad cotidiana.

La Mirada Centroamericana.

Escuchar la experiencia de realizadores centroamericanos y caribeños nos propone una visión desconocida de cómo es hacer una película en un país en donde las preocupaciones son bastante distintas a las que escuchamos en conversaciones sobre la industria cinematográfica en Chile
Ejemplos como el caso de Haití, donde las salas de cine se cierran por los constantes estallidos de violencia en las calles. Fenómeno que da pie a que se proyecten las películas piratas dentro de una pequeña sala improvisada de algún vecino que quiere ganar unos pesos extra. En el Salvador nos encontramos el problema más preocupante de esta naciente industria cinematográfica, la piratería. Los Salvadoreños tenían mucha expectativa. Estaba a punto de estrenarse el tercer largometraje ficción en 40 años. Tuvieron que lidiar con el primer problema; había que competir con “Duro de Matar 4.0”. Animo; la gente asiste a ver la cinta local, pero al tercer día la copia ya estaba en la calle; y en un país donde no abunda el dinero y la copia pirata cuesta menos de la mitad de la entrada al cine, las consecuencias se sienten inmediatamente.
Katia Paradis explica que en Belice no hay la cantidad de personas necesarias para proyectar una película de producción local y que sea rentable. Sin embargo, los beliceños son muy pocos, y quieren verse en la pantalla, hay una sala en todo el país, y lo más probable es que aparezcan ellos o al menos algún conocido a lo largo del film. Por lo tanto, el estreno de “Tres Reyes” fue un fenómeno. Lleno total con la urgencia de traer sillas extra para cada función. El detalle; no se cobra entrada. Para Katia lo importante es desarrollar un público y por eso prefiere, en un principio, que la gente asista gratis. ¿Cómo consigue sustentar el costo del film? Un misterio.
Estas historias tienen que ver con la forma de “hacer las películas”, y aun así, nos dejan perplejos. En este foro también se discuten problemas de industria del cine Argentino, Chileno y Mexicano. Pero las realidades son tan distantes, que habría que dividir la charla en dos. La solución que propone Arnold Antonin de Haití: “La integración del Caribe y Centroamérica a la industria latinoamericana del cine es urgente, y es la única forma que se mantenga viva.”

Chile, país invitado:

Chile fue en calidad de país invitado a la segunda edición de este certamen. Se proyectaron 10 obras dentro de las categorías documental y largometraje ficción. Películas como “Lo Bueno de Llorar” de Matías Bize, la galardonada “Padre Nuestro” y “Mujeres Infieles” (¡del 2004!) se mostraban fuera de competencia, mientras sólo tres largometrajes de ficción competían : “Fuga” de Pablo Larraín, “Fiesta Patria” de Luis Vera y “All Inclusive” de Rodrigo Ortúzar. En la categoría largometraje documental habían tres películas, todas fuera de competencia y todas del mismo realizador; Luis Vera.
Chile no obtuvo ningún reconocimiento oficial dentro del certamen. Llama la atención la falta de documentales en competencia y ausencia de obras que están dando de qué hablar del cine nacional en la república mexicana(“31 Minutos”, “El Cielo, la Tierra y la Luna”, entre otras).

Premiados:

Los ganadores en las categorías de largometrajes fueron Juan Pittaluga por "Orlando Vargas" (Uruguay, 2006), mejor largo ficción. La película uruguaya trata sobre el precipitado viaje de Orlando y su familia hacia la frontera brasileña, presionada por el acoso del gobierno.
Gustavo Mora por "Desterrados" (México, 2008) fue el ganador en la categoría largometraje documental. Éste trata sobre un campesino nacido en Oaxaca, un luchador social que llegó a convocar a más de 20,000 miembros en su organización. Un idealista que lucha contra un gobierno totalmente corrompido, en una región de México convulsionada por hechos de violencia y clamor popular por justicia.
Ambos temas reflejan la realidad latinoamericana. En el caso del largometraje uruguayo; la huida (exilio) que arrastramos los sudamericanos por causa de las dictaduras militares. En el caso del documental oaxaqueño, tiene el mérito de transmitir una sensación actual que se respira en el estado mexicano. A simple vista uno disfruta las hermosas calles coloniales y la amabilidad de la gente, sin embargo se puede percibir la represión, consecuencia de una ciudad que aún está sitiada por la Policía Federal y con una deuda pendiente del gobierno en cuanto al esclarecimiento de los hechos del Conflicto Magisterial del 2006.

Más que una Reseña de Cine.

El Festival de Cine Latinoamericano de Oaxaca es un certamen con sólo dos ediciones, sin embargo tiene un enfoque muy claro hacia donde está dirigido. Pretende ser una plataforma de negocios y distribución de cine latino por encima de una muestra o reseña de cine. Rondas de negocios y charlas donde participaban representantes de los festivales más importantes de cine latinoamericano daban pie a entablar relaciones e informarse del panorama cinematográfico latino alrededor del mundo. La selección de películas en competencia pudo haber sido mejor, en especial la convocatoria chilena, pero se entiende que es un festival joven y en crecimiento. Destaca la buena organización y amable disposición de los organizadores hacia los asistentes. Es bueno abarcar el nicho del cine latino, especializarse y darle apoyo desde la perspectiva de industria y negocio. Ahí está la gracia de este festival. Buena idea y futuro.

1 comentario:

Claudio Mujica dijo...

me gusto este espacio
y tambien estoy de acuerdo
en la urgente necesidad de un filmcomission chile

saludos!!