viernes, 1 de agosto de 2008

El legado inclasificado de Los Morris


De esta labor pocas personas se ocupan en Chile. Aparte de “Los Morris”, hay otras contadas con los dedos de una mano que trabajan independientes, más algunas agencias de turismo, pero es Rafael quien lidera el mercado; tiene la mayor experiencia, los mejores contactos y maneja las políticas aduaneras, de migración y los procedimientos de la Interpol, como si hubiera nacido en la oficina de Extranjería.
Hace veinte años Morris era un estudiante universitario, amante de la música que se escuchaba en locales nocturnos, cuando decidió dar continuidad al negocio familiar. Su padre fue durante años jefe del departamento de Extranjería y su madre aprovechó la ocupación de su marido para atender a empresas que contrataban a ejecutivos extranjeros. Ella y su esposo fueron pioneros en estos servicios.
Según el benjamín de esta familia, no estaba dentro de sus planes llevar esta empresa, porque lo de él era el espectáculo, “fue por ayudarlos un poco, iba al trabajo de mi padre y ahí me explicaban el funcionamiento, las políticas, hasta que me metí y después fue imposible salir, pues tenemos clientes que nos llaman tupido y parejo.”

En los últimos años, sus servicios han sido solicitados por las producciones internacionales de más renombre: la última película de la saga de James Bond, y la película alemana que se filmó en el sur de Chile el año pasado, “Mi corazón en Chile” con Franco Nero como protagonista.Para Quantum of Solace le llegaron dos nóminas, la primera fue de las 17 personas que viajaron dos meses antes de la filmación a preparar las locaciones, y la segunda lista llegó antes del rodaje, de 35 técnicos audiovisuales.
Según el locacionista Rony Siefer, Stillking Films le pagó a Morris, en total, alrededor de 2 millones de pesos por entregar los permisos de esa producción.

A Morris le gusta su trabajo porque le permite estar en movimiento constante, porque conoce a personas del show bussiness y porque le va bien, “podemos sacar de veinte a treinta permisos semanales, tengo tarifas puestas en el mercado más o menos parejas para las productoras y las grandes empresas, pero no las puedo revelar”, dice cautamente. También es un trabajo de riesgo personal, pues debe acarrear pasaportes, visas, cheques en blanco, de un lugar a otro, del aeropuerto al hotel donde se hospedan los extranjeros y luego, a su oficina en Santiago Centro que queda a pocas cuadras de la oficina de Extranjería, sin embargo, el peligro parece no importarle frente a las satisfacciones que le da esta actividad.
En la sala de espera de su oficina está colgada una gran foto de su madre, que falleció hace un par de años, sonriente en el sofá de su casa, en otra pared dos fotos donde Rafael aparece abrazado de dos famosos artistas musicales que vinieron a Chile en los noventas, el saxofonista Kenny G y el vocalista de Simple Red, Mick Hucknall. En su escritorio, tapado de papeles y carpetas, y ceniceros con cenizas, guarda las copias de los pasaportes del vocalista de U2,Bono, el de la actriz canadiense Pamela Anderson, y el del vocalista de la extinta banda Guns and Roses, Axel Rose. Con orgullo los muestra y dice “los conservo por si las moscas”.

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